1. Una llave de oro.
(Instrumental).
2. Una corona de estrellas.
Desde antes que amaneciera estuve esperando en tu puerta, desde las seis de la mañana esperando a que vinieras. Y cuando por fin apareciste tuve que darme la vuelta y no pude decirte nada después de horas de espera. Tiene que haber alguna manera, tiene que haber alguna manera, de que yo hable contigo quiera o no quiera.
Debajo de las estrellas, escondidos en la oscuridad, estuve a solas con ella y no pude decirle la verdad. Que desde que nos conocimos no la he podido olvidar, que desde el momento en que la vi no he pensado en nadie más. Miro la luna que se refleja en sus ojos verdes cuarto creciente.
Porque quiero quedarme contigo siempre, puedes pedirme lo que tú quieras, puedes pedirme lo que tú quieras, que te mereces una corona de estrellas, que te mereces una corona de estrellas.
3. Soy un pobre granaíno.
Soy un pobre granaíno, soy un pobre granaíno que vive en la serranía y de noche bajo a verte porque no puedo de día, que si de mi dependiese nunca te abandonaría.
Sabes que por quererte, sabes que por quererte me estoy jugando la vida y en lugar de darte pena, creo que te da alegría, nadie va a quererte nunca como yo a ti te quería. En lugar de darte pena creo que te da alegría, nadie va a quererte nunca como yo a ti te quería.
Una rosa en un rosal, una rosa en un rosal gasta mucha fantasía, viene el viento y la deshoja, ya esta la rosa perdida. Una rosa en un rosal gasta mucha fantasía, mira el viento y la deshoja, ya esta la rosa perdida. Una rosa en un rosal gasta mucha fantasía.
4. Siete faroles.
Como tú y yo lo vemos no es de la misma forma. Tu quieres fiesta, yo estoy en coma, tú piensas en espadas y yo en amapolas, como tú y yo lo vemos no es de la misma forma.
Pregúntale al platero, pregúntale cuanto vale esos pendientes, ese brillante, ese anillo de plata y ese colgante, pregúntale al platero, pregúntale cuánto vale. Que cuánto vale, que cuánto vale, grabarte en los zarcillos mis iniciales, pregúntale al platero, pregúntale cuanto vale.
Dormí en sudores, usan mi puerta siete faroles, verte y no verte, el candil de mi casa no tiene aceite. Por ahí vas diciendo que no quieres estar conmigo, ni tu conmigo ni yo contigo, nadie quiere juntarse con su enemigo, por ahí vas diciendo que no quieres estar conmigo.
5. No sé cómo te atreves.
Ahora sé en que nos parecemos, ahora parece que sé que tu y yo somos iguales y aunque sé que no me lo merezco he venido a pedirte otra oportunidad. No sé cómo te atreves a venir a decirme que me quieres cuando yo te he suplicado muchas veces y jamás me hiciste caso. No sé cómo puedes atreverte a venir a pedirme que te acepte cuando tú no has aceptado ni una sola de las cosas que te digo.
Ahora sé lo mucho que te quiero y ahora quiero que tu digas que me quieres igual, y aunque no puedo decir que lo siento, ahora siento que por fin puedo decir la verdad. No sé cómo te atreves a venir a decirme que me quieres cuando yo te he suplicado muchas veces y jamás me hiciste caso. No sé cómo puedes atreverte a venir a pedirme que te acepte cuando tú no has aceptado ni una sola de las cosas que te digo.
Ya sé que no tenía que haber venido pero donde puedo estar mejor que aquí contigo, y tú tendrías que reconocerlo, que conmigo es con quien más te gusta hacerlo. Ahora te digo la verdad, ahora tienes que escuchar.
Ya sé que no tenía que haber venido pero donde puedo estar mejor que aquí contigo, y tú tendrías que reconocerlo, que conmigo es con quien más te gusta hacerlo. Ahora te digo la verdad, ahora tienes que escuchar.
Ya sé que no tenía que haber venido pero donde puedo estar mejor que aquí contigo, y tú tendrías que reconocerlo, que conmigo es con quien más te gusta hacerlo. Ahora te digo la verdad, ahora tienes que escuchar.
6. Señora de las alturas.
Como loco desvariaba te marchaste de mi lado, y como loco desvariaba porque no me merecía el modo en que me tratabas, mientras tú te divertías me dejabas solo en casa.
No es manía ni locura esto que tengo contigo, no es manía ni locura que los mejores doctores no han encontrado la cura que no venga de tu mano, señora de las alturas.
Si nadie te da calor donde quiera que te arrimas, si nadie te da calor vente que yo te daré zumo de mi corazón, vente que yo te daré zumo de mi corazón.
Si te quieres venir puedo pasarme a buscarte, si te quedas conmigo para que pueda contarte lo mucho que te necesito, aunque creo que ya lo sabes voy a volver a decirlo, que te quiero más que nadie, que te sigo queriendo lo mismo, para que alivies mis males, señora de mis abismos.
Que por tu ventana sale, es tanta la claridad, que por tu ventana sale, que dice la vecindad, ya está la luna en la calle.
7. La veleta.
Rondan mi calle, rondan mi calle, rondan mi calle, un alto y un pequeño rondan mi calle, el alto se parece al sol que sale. El más pequeño se parece a la luna, el más pequeño se parece a la luna del mes de enero. Por lo mudable, si yo soy la veleta, por lo mudable, si yo soy la veleta, tu eres el aire.
Pintor de loza, mi amante es cartujano, pintor de loza, me pinta palanganas color de rosa. Así lo quiero, que pinte palanganas, y así lo quiero, que pinte palanganas color de cielo. Que la veleta, si el aire no la mueve, que la veleta, si el aire no la mueve, se queda quieta.
8. Romance de Juan de Osuna.
No hay flor como la amapola ni corazón como el mío, que los sentencian a muerte por tenerlo repartido. A las dos de la mañana me vinieron a buscar tres pares de ojitos negros y me tuve que entregar.
La mano en el evangelio la pongo yo aunque me muera, que yo no he matado a nadie de noche en la carretera. Los tormentos de mis negras duquelas no se los mando ni a mis enemigos, yo soñaba con clavito y canela, me despertaron para darme castigo. Mi sangre y mi vida, mi lunita clara, con lo mucho que yo la quería se va sin volver la cara, con lo mucho que yo la quería se va sin volver la cara.
La rosa de los amores la cortan pobres y ricos y todos acaban llorando igual que los niños chicos. Los tormentos de mis negras duquelas no se los mando ni a mis enemigos, yo soñaba con clavo y canela, me despertaron para darme castigo. Mi sangre y mi vida, mi lunita clara, con lo mucho que yo la quería se va sin volver la cara, con lo mucho que yo la quería se va sin volver la cara.
9. Atravesando los montes.
Creí morirme de pena cuando no querías verme, creí morirme de pena, y ahora bendigo mi suerte de no tenerte a mi vera, de no tenerte a mi vera.
Y atravesando los montes salí de Málaga un día, y atravesando los montes oí una voz que decía, chiquillo no me conoces tanto como me querías.
Tendrás que llorar por mí, tiene que llegar el día en el que llores por mí, lo mismo que yo estuve llorando cuando te fuiste de aquí.
10. Virgen de la Soledad.
Eres virgen más bonita que la nieve en el barranco, que la rosa en el rosal, que el lirio blanco en el campo, virgen de la soledad. En el patio de caifa cantó el gallo y dijo Pedro, yo no conozco a este hombre, yo no conozco a este hombre, nunca ha sido mi maestro.
De noche y de día, una pena impertinente reina en mí de noche y día porque nada me divierte, no tengo más alegría que cuando vienes a verme.
11. La Pastora Divina.
(Letra no apreciable).
12. Los poetas.
Este es el libro de la ley del universo, podríamos hacer descender desde los cielos, una ley que sometiera a los que te desmintieron, a los que no te creían cuando lo que les decías era cierto.
En la tierra cuantas plantas de todo noble género hacemos germinar en ella si queremos, en eso hay una ley pero la mayoría de ellos no te creen, enséñales a ver, guíame señor del sufrimiento.
Acuérdate de cuando me enviaste a hablarles de tu rey a los injustos y en sus purgas ya los avisaste, nosotros somos los enviados del señor de los mundos. Señor de oriente y de occidente, de lo que hay entre ambos puntos, de los cielos y la tierra y entre ambos, de todo lo que hay, de lado único.
Dijimos a Moisés, parte con mis seguidores, marchaos hacia el este cuando se haga de noche. Y fuimos alcanzados pero a nuestro lado estaba mi señor, y el mar se abrió, y cada lado parecía un monte.
Te acuerdas de Noé, despreciado por su gente, cuando les dijo que deberían obedecerte, una gran lluvia cayó, y el todo poderoso y omnisciente salvo a los suyos, ahogando para siempre a los infieles.
Recuerda que cuando Abraham le dijo a su padre y a su gente, servís, a que dioses adoráis, y si nos necesitáis acaso no os auxilian o defienden. Solo hay un señor de oriente y occidente, de lo que hay entre ambos puntos en los cielos, y la tierra y entre ambos, de todo lo que hay, el amo único, de todo lo que hay, el amo único.
(Instrumental).
2. Una corona de estrellas.
Desde antes que amaneciera estuve esperando en tu puerta, desde las seis de la mañana esperando a que vinieras. Y cuando por fin apareciste tuve que darme la vuelta y no pude decirte nada después de horas de espera. Tiene que haber alguna manera, tiene que haber alguna manera, de que yo hable contigo quiera o no quiera.
Debajo de las estrellas, escondidos en la oscuridad, estuve a solas con ella y no pude decirle la verdad. Que desde que nos conocimos no la he podido olvidar, que desde el momento en que la vi no he pensado en nadie más. Miro la luna que se refleja en sus ojos verdes cuarto creciente.
Porque quiero quedarme contigo siempre, puedes pedirme lo que tú quieras, puedes pedirme lo que tú quieras, que te mereces una corona de estrellas, que te mereces una corona de estrellas.
3. Soy un pobre granaíno.
Soy un pobre granaíno, soy un pobre granaíno que vive en la serranía y de noche bajo a verte porque no puedo de día, que si de mi dependiese nunca te abandonaría.
Sabes que por quererte, sabes que por quererte me estoy jugando la vida y en lugar de darte pena, creo que te da alegría, nadie va a quererte nunca como yo a ti te quería. En lugar de darte pena creo que te da alegría, nadie va a quererte nunca como yo a ti te quería.
Una rosa en un rosal, una rosa en un rosal gasta mucha fantasía, viene el viento y la deshoja, ya esta la rosa perdida. Una rosa en un rosal gasta mucha fantasía, mira el viento y la deshoja, ya esta la rosa perdida. Una rosa en un rosal gasta mucha fantasía.
4. Siete faroles.
Como tú y yo lo vemos no es de la misma forma. Tu quieres fiesta, yo estoy en coma, tú piensas en espadas y yo en amapolas, como tú y yo lo vemos no es de la misma forma.
Pregúntale al platero, pregúntale cuanto vale esos pendientes, ese brillante, ese anillo de plata y ese colgante, pregúntale al platero, pregúntale cuánto vale. Que cuánto vale, que cuánto vale, grabarte en los zarcillos mis iniciales, pregúntale al platero, pregúntale cuanto vale.
Dormí en sudores, usan mi puerta siete faroles, verte y no verte, el candil de mi casa no tiene aceite. Por ahí vas diciendo que no quieres estar conmigo, ni tu conmigo ni yo contigo, nadie quiere juntarse con su enemigo, por ahí vas diciendo que no quieres estar conmigo.
5. No sé cómo te atreves.
Ahora sé en que nos parecemos, ahora parece que sé que tu y yo somos iguales y aunque sé que no me lo merezco he venido a pedirte otra oportunidad. No sé cómo te atreves a venir a decirme que me quieres cuando yo te he suplicado muchas veces y jamás me hiciste caso. No sé cómo puedes atreverte a venir a pedirme que te acepte cuando tú no has aceptado ni una sola de las cosas que te digo.
Ahora sé lo mucho que te quiero y ahora quiero que tu digas que me quieres igual, y aunque no puedo decir que lo siento, ahora siento que por fin puedo decir la verdad. No sé cómo te atreves a venir a decirme que me quieres cuando yo te he suplicado muchas veces y jamás me hiciste caso. No sé cómo puedes atreverte a venir a pedirme que te acepte cuando tú no has aceptado ni una sola de las cosas que te digo.
Ya sé que no tenía que haber venido pero donde puedo estar mejor que aquí contigo, y tú tendrías que reconocerlo, que conmigo es con quien más te gusta hacerlo. Ahora te digo la verdad, ahora tienes que escuchar.
Ya sé que no tenía que haber venido pero donde puedo estar mejor que aquí contigo, y tú tendrías que reconocerlo, que conmigo es con quien más te gusta hacerlo. Ahora te digo la verdad, ahora tienes que escuchar.
Ya sé que no tenía que haber venido pero donde puedo estar mejor que aquí contigo, y tú tendrías que reconocerlo, que conmigo es con quien más te gusta hacerlo. Ahora te digo la verdad, ahora tienes que escuchar.
6. Señora de las alturas.
Como loco desvariaba te marchaste de mi lado, y como loco desvariaba porque no me merecía el modo en que me tratabas, mientras tú te divertías me dejabas solo en casa.
No es manía ni locura esto que tengo contigo, no es manía ni locura que los mejores doctores no han encontrado la cura que no venga de tu mano, señora de las alturas.
Si nadie te da calor donde quiera que te arrimas, si nadie te da calor vente que yo te daré zumo de mi corazón, vente que yo te daré zumo de mi corazón.
Si te quieres venir puedo pasarme a buscarte, si te quedas conmigo para que pueda contarte lo mucho que te necesito, aunque creo que ya lo sabes voy a volver a decirlo, que te quiero más que nadie, que te sigo queriendo lo mismo, para que alivies mis males, señora de mis abismos.
Que por tu ventana sale, es tanta la claridad, que por tu ventana sale, que dice la vecindad, ya está la luna en la calle.
7. La veleta.
Rondan mi calle, rondan mi calle, rondan mi calle, un alto y un pequeño rondan mi calle, el alto se parece al sol que sale. El más pequeño se parece a la luna, el más pequeño se parece a la luna del mes de enero. Por lo mudable, si yo soy la veleta, por lo mudable, si yo soy la veleta, tu eres el aire.
Pintor de loza, mi amante es cartujano, pintor de loza, me pinta palanganas color de rosa. Así lo quiero, que pinte palanganas, y así lo quiero, que pinte palanganas color de cielo. Que la veleta, si el aire no la mueve, que la veleta, si el aire no la mueve, se queda quieta.
8. Romance de Juan de Osuna.
No hay flor como la amapola ni corazón como el mío, que los sentencian a muerte por tenerlo repartido. A las dos de la mañana me vinieron a buscar tres pares de ojitos negros y me tuve que entregar.
La mano en el evangelio la pongo yo aunque me muera, que yo no he matado a nadie de noche en la carretera. Los tormentos de mis negras duquelas no se los mando ni a mis enemigos, yo soñaba con clavito y canela, me despertaron para darme castigo. Mi sangre y mi vida, mi lunita clara, con lo mucho que yo la quería se va sin volver la cara, con lo mucho que yo la quería se va sin volver la cara.
La rosa de los amores la cortan pobres y ricos y todos acaban llorando igual que los niños chicos. Los tormentos de mis negras duquelas no se los mando ni a mis enemigos, yo soñaba con clavo y canela, me despertaron para darme castigo. Mi sangre y mi vida, mi lunita clara, con lo mucho que yo la quería se va sin volver la cara, con lo mucho que yo la quería se va sin volver la cara.
9. Atravesando los montes.
Creí morirme de pena cuando no querías verme, creí morirme de pena, y ahora bendigo mi suerte de no tenerte a mi vera, de no tenerte a mi vera.
Y atravesando los montes salí de Málaga un día, y atravesando los montes oí una voz que decía, chiquillo no me conoces tanto como me querías.
Tendrás que llorar por mí, tiene que llegar el día en el que llores por mí, lo mismo que yo estuve llorando cuando te fuiste de aquí.
10. Virgen de la Soledad.
Eres virgen más bonita que la nieve en el barranco, que la rosa en el rosal, que el lirio blanco en el campo, virgen de la soledad. En el patio de caifa cantó el gallo y dijo Pedro, yo no conozco a este hombre, yo no conozco a este hombre, nunca ha sido mi maestro.
De noche y de día, una pena impertinente reina en mí de noche y día porque nada me divierte, no tengo más alegría que cuando vienes a verme.
11. La Pastora Divina.
(Letra no apreciable).
12. Los poetas.
Este es el libro de la ley del universo, podríamos hacer descender desde los cielos, una ley que sometiera a los que te desmintieron, a los que no te creían cuando lo que les decías era cierto.
En la tierra cuantas plantas de todo noble género hacemos germinar en ella si queremos, en eso hay una ley pero la mayoría de ellos no te creen, enséñales a ver, guíame señor del sufrimiento.
Acuérdate de cuando me enviaste a hablarles de tu rey a los injustos y en sus purgas ya los avisaste, nosotros somos los enviados del señor de los mundos. Señor de oriente y de occidente, de lo que hay entre ambos puntos, de los cielos y la tierra y entre ambos, de todo lo que hay, de lado único.
Dijimos a Moisés, parte con mis seguidores, marchaos hacia el este cuando se haga de noche. Y fuimos alcanzados pero a nuestro lado estaba mi señor, y el mar se abrió, y cada lado parecía un monte.
Te acuerdas de Noé, despreciado por su gente, cuando les dijo que deberían obedecerte, una gran lluvia cayó, y el todo poderoso y omnisciente salvo a los suyos, ahogando para siempre a los infieles.
Recuerda que cuando Abraham le dijo a su padre y a su gente, servís, a que dioses adoráis, y si nos necesitáis acaso no os auxilian o defienden. Solo hay un señor de oriente y occidente, de lo que hay entre ambos puntos en los cielos, y la tierra y entre ambos, de todo lo que hay, el amo único, de todo lo que hay, el amo único.
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