1. Entre dos tierras.
Te puedes vender, cualquier oferta es buena si quieres poder. Qué fácil es abrir tanto la boca para opinar, y si te piensas echar atrás tienes muchas huellas que borrar. Déjame, que yo no tengo la culpa de verte caer, si yo no tengo la culpa de verte caer.
Pierdes la fe, cualquier esperanza es vana y no sé qué creer. Pero olvídame, que nadie te ha llamado y ya estás otra vez. Déjame, que yo no tengo la culpa de verte caer, si yo no tengo la culpa de ver que entre dos tierras estás, y no dejas aire que respirar. Entre dos tierras estás y no dejas aire que respirar.
Déjalo ya, no seas membrillo y permite pasar, y si no piensas echar atrás tienes mucho barro que tragar. Déjame, que yo no tengo la culpa de verte caer, si yo no tengo la culpa de ver que entre dos tierras estás, y no dejas aire que respirar. Entre dos tierras estás y no dejas aire que respirar.
Déjame, que yo no tengo la culpa de verte caer, si yo no tengo la culpa de ver que entre dos tierras estás, y no dejas aire que respirar. Entre dos tierras estás y no dejas aire que respirar.
2. Maldito duende.
He oído que la noche es toda magia y que un duende te invita a soñar, y sé que últimamente apenas he parado, y tengo la impresión de divagar. Amanece tan pronto y yo estoy tan solo y no me arrepiento de lo de ayer. Sí, las estrellas te iluminan y te sirven de guía, te sientes tan fuerte que piensas que nadie te puede tocar.
Las distancias se hacen cortas, pasan rápidas las horas y este cuarto no para de menguar, y tantas cosas por decir, tanta charla por aquí, si fuera posible escapar de este lugar. Amanece tan pronto y yo estoy tan solo, y no me arrepiento de lo de ayer. Sí, las estrellas te iluminan y te sirven de guía, te sientes tan fuerte que piensas que nadie te puede tocar.
Amanece tan pronto y yo estoy tan solo, y no me arrepiento de lo de ayer. Sí, las estrellas te iluminan y te sirven de guía, te sientes tan fuerte que piensas que nadie te puede tocar.
3. La carta.
No hace mucho que leí tu carta y sin fuerzas para contestar, mil pedazos al viento nos separan. Pondré casa en un país lejano para olvidar este miedo hacia ti, este miedo hacia ti.
Y no hace mucho que rompí tu recuerdo pensando acabar de una vez, pero el tiempo y la distancia no son todo para mí, siempre hay algo que me hace volver. Siempre he escuchado, y ya no te creo ¿Por qué no te entiendo? ¿Por qué estás tan lejos? Siempre he escuchado, y ya no te creo, ¿Por qué no te entiendo?, ¿Por qué estás tan lejos?
Sé que siempre he sido así y que no tengo remedio, ni lo quiero tener, pero ni el miedo ni tus cartas lo son todo para mí, quizás otra vez te echaré la culpa a ti. Siempre he escuchado, y ya no te creo, ¿Por qué no te entiendo? ¿Por qué estás tan lejos? Siempre he escuchado, y ya no te creo, ¿Por qué no te entiendo?, ¿Por qué estás tan lejos?
4. Malas intenciones.
No me importa lo que pienses, sin duda no me entero ya. Tus costumbres se me pierden entre arrumacos y amabilidad. Ahora sé que no comprendes, no tenemos nada en común, si supiera al menos lo que quieres, no me obligues a cambiar mi actitud. No quisiera utilizar tus intenciones y quisiera no pensar más de un segundo en ti.
Me comentan lo que haces, uno a uno me hablan mal de ti, nadie quiere hacer ya las paces, no podría continuar así. Y ahora sé que no comprendes, no tenemos nada en común, si supiera al menos lo que quieres, no me obligues a cambiar mi actitud. No quisiera utilizar tus intenciones y quisiera no pensar más de un segundo en ti. No quisiera utilizar tus intenciones y quisiera no pensar más de un segundo en ti, más de un segundo en ti, más de un segundo en ti.
5. Sal.
Sal.
6. Senda.
He de encontrar una senda que me lleve a un lugar y no me siento capaz de iniciar nueva vida sin más. Quisiera emprender la aventura que no me haga volver, dejar de una vez lo que yo mismo no puedo entender. Por una vez lo que siempre soñé hacer, prométeme construir una senda, por una vez lo que siempre soñé hacer, prométeme construir una senda que pueda recorrer.
Detrás de un disfraz, tartamudo ante la adversidad, con un hilillo de voz se va la poca razón que nos permite tu escaso valor, y he de cruzar, dar el paso hacia una vida anterior, si hay destellos de magia entre los besos de la traición. Por una vez lo que siempre soñé hacer, prométeme construir una senda, por una vez lo que siempre soñé hacer, prométeme construir una senda que pueda recorrer.
Por una vez lo que siempre soñé hacer, prométeme construir una senda, por una vez lo que siempre soñé hacer, prométeme construir una senda que pueda recorrer.
7. Hechizo.
No es la primera vez que me encuentro tan cerca de conocer la locura y, ahora por fin, ya sé que es no poder controlar ni siquiera tus brazos, y sientes que están completamente agotados y no entiendes porqué.
Antes o después, debería intentarlo, someterme a su hechizo, olvidando mentir, en otro nivel, no querer recordar ni siquiera el pasado, que sientes que está, completamente agotado y no entiendes porqué. Vámonos de esta habitación al espacio exterior, se nublan los ojos, todo de un mismo color, mientras todo da igual, mientras toda da igual.
Ganar o perder, sé que nunca me importa, lo que embruja es el riesgo y no dónde ir, y subes otro nivel, y no puedes llegar ni siquiera a tocarlo, y sientes que estás, completamente agotado, y no entiendes porqué. Vámonos de esta habitación al espacio exterior, se nublan los ojos, todo de un mismo color, y mientras vámonos de esta habitación al espacio exterior, se nublan los ojos, todo de un mismo color, mientras todo da igual.
Y ahora vámonos de esta habitación al espacio exterior, se nublan los ojos, todo de un mismo color, y mientras vámonos de esta habitación al espacio exterior, se nublan los ojos, todo de un mismo color, mientras todo da igual. Nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno.
8. Oración.
Pierdo el tiempo pensando en lo esencial que a veces dejo pasar, cuántos instantes he ignorado ya capaces de haberme cambiado, y no hay oración capaz de decidir por mí. Oh, señor, no queda otra opción, y jamás me vuelvo a arrepentir.
Siempre hay una disyuntiva ante la cual siempre hay que elegir, no queda otra alternativa, rápidamente hay que decidir. Y no hay oración capaz de decidir por mí. Oh, señor, no queda otra opción, y jamás me vuelvo a arrepentir.
Y no hay oración capaz de decidir por mí. Oh, señor, no queda otra opción, y jamás me vuelvo a arrepentir.
9. Despertar.
¿Quién nos devora, que una pesadilla me parte en dos? Tanto odio encontró en la melodía que ahoga mi voz, todo se olvida al despertar una vez más, sólo puedo soñar entre arena y espuma.
¿Cómo puedo olvidar a alguien que un día me quiso ayudar? Si no sé perdonar el daño que has hecho a mi alrededor, todo se olvida al despertar una vez más. Sólo puedo soñar entre arena y espuma, entre arena y espuma.
Todo se olvida al despertar una vez más, sólo puedo soñar entre arena y, todo se olvida al despertar una vez más, sólo puedo soñar entre arena y espuma.
10. Decadencia.
La decadencia está prohibida en tu mente, la caída pierde altura por momentos, el templo del sol estalló, nunca podré saber si la cruz es salvación.
La casa iluminada espera que alguien entre el martirio inocente que siempre se ha de malinterpretar, el templo del sol estalló, nunca podré saber si la cruz es salvación.
La decadencia está prohibida, la caída pierde altura por momentos, por momentos, por momentos, por momentos.
11. Con nombre de guerra.
Entra despacio, que nadie oiga tus pasos, mientras tanto, si los nervios no traicionan, todo irá bien. Y dejemos los besos para los enamorados, y pensemos en lo nuestro que por eso te he pagado, aunque esta noche seas sólo mercancía para mí.
Dejo en tus manos lo que hemos acordado, la lluvia de hace un rato, ahora sólo necesito descansar. Y dejemos que los sueños se apoderen del deseo, recordemos que lo nuestro se me olvidará al momento, aunque esta noche sea sólo unos billetes para ti.
Pienso en los años que llevas guerreando con un nombre por bandera, ahora sólo quiero oírlo una vez más. Y dejemos que lo cierto sea lo que imaginamos, recordemos que lo nuestro todavía no ha acabado, aunque, por esta noche, por esta noche nos podemos despedir.
12. El cuadro II.
Mis ojos van al cuadro, algo se ha iluminado y en su interior las figuras danzan, me miran fijamente y se agrandan. Mi cuerpo pesa menos, siento que me elevo, las pistolas de Warhol sin munición, se nubla en mi cerebro la situación.
Rodeado por miradas algo difuminadas y admito los colores de su interior, sufre mi figura una transformación. Y aquellos ojos blancos formándose a su lado me obligan a sentirme así, están tras de ti, están tras de ti.
Te puedes vender, cualquier oferta es buena si quieres poder. Qué fácil es abrir tanto la boca para opinar, y si te piensas echar atrás tienes muchas huellas que borrar. Déjame, que yo no tengo la culpa de verte caer, si yo no tengo la culpa de verte caer.
Pierdes la fe, cualquier esperanza es vana y no sé qué creer. Pero olvídame, que nadie te ha llamado y ya estás otra vez. Déjame, que yo no tengo la culpa de verte caer, si yo no tengo la culpa de ver que entre dos tierras estás, y no dejas aire que respirar. Entre dos tierras estás y no dejas aire que respirar.
Déjalo ya, no seas membrillo y permite pasar, y si no piensas echar atrás tienes mucho barro que tragar. Déjame, que yo no tengo la culpa de verte caer, si yo no tengo la culpa de ver que entre dos tierras estás, y no dejas aire que respirar. Entre dos tierras estás y no dejas aire que respirar.
Déjame, que yo no tengo la culpa de verte caer, si yo no tengo la culpa de ver que entre dos tierras estás, y no dejas aire que respirar. Entre dos tierras estás y no dejas aire que respirar.
2. Maldito duende.
He oído que la noche es toda magia y que un duende te invita a soñar, y sé que últimamente apenas he parado, y tengo la impresión de divagar. Amanece tan pronto y yo estoy tan solo y no me arrepiento de lo de ayer. Sí, las estrellas te iluminan y te sirven de guía, te sientes tan fuerte que piensas que nadie te puede tocar.
Las distancias se hacen cortas, pasan rápidas las horas y este cuarto no para de menguar, y tantas cosas por decir, tanta charla por aquí, si fuera posible escapar de este lugar. Amanece tan pronto y yo estoy tan solo, y no me arrepiento de lo de ayer. Sí, las estrellas te iluminan y te sirven de guía, te sientes tan fuerte que piensas que nadie te puede tocar.
Amanece tan pronto y yo estoy tan solo, y no me arrepiento de lo de ayer. Sí, las estrellas te iluminan y te sirven de guía, te sientes tan fuerte que piensas que nadie te puede tocar.
3. La carta.
No hace mucho que leí tu carta y sin fuerzas para contestar, mil pedazos al viento nos separan. Pondré casa en un país lejano para olvidar este miedo hacia ti, este miedo hacia ti.
Y no hace mucho que rompí tu recuerdo pensando acabar de una vez, pero el tiempo y la distancia no son todo para mí, siempre hay algo que me hace volver. Siempre he escuchado, y ya no te creo ¿Por qué no te entiendo? ¿Por qué estás tan lejos? Siempre he escuchado, y ya no te creo, ¿Por qué no te entiendo?, ¿Por qué estás tan lejos?
Sé que siempre he sido así y que no tengo remedio, ni lo quiero tener, pero ni el miedo ni tus cartas lo son todo para mí, quizás otra vez te echaré la culpa a ti. Siempre he escuchado, y ya no te creo, ¿Por qué no te entiendo? ¿Por qué estás tan lejos? Siempre he escuchado, y ya no te creo, ¿Por qué no te entiendo?, ¿Por qué estás tan lejos?
4. Malas intenciones.
No me importa lo que pienses, sin duda no me entero ya. Tus costumbres se me pierden entre arrumacos y amabilidad. Ahora sé que no comprendes, no tenemos nada en común, si supiera al menos lo que quieres, no me obligues a cambiar mi actitud. No quisiera utilizar tus intenciones y quisiera no pensar más de un segundo en ti.
Me comentan lo que haces, uno a uno me hablan mal de ti, nadie quiere hacer ya las paces, no podría continuar así. Y ahora sé que no comprendes, no tenemos nada en común, si supiera al menos lo que quieres, no me obligues a cambiar mi actitud. No quisiera utilizar tus intenciones y quisiera no pensar más de un segundo en ti. No quisiera utilizar tus intenciones y quisiera no pensar más de un segundo en ti, más de un segundo en ti, más de un segundo en ti.
5. Sal.
Sal.
6. Senda.
He de encontrar una senda que me lleve a un lugar y no me siento capaz de iniciar nueva vida sin más. Quisiera emprender la aventura que no me haga volver, dejar de una vez lo que yo mismo no puedo entender. Por una vez lo que siempre soñé hacer, prométeme construir una senda, por una vez lo que siempre soñé hacer, prométeme construir una senda que pueda recorrer.
Detrás de un disfraz, tartamudo ante la adversidad, con un hilillo de voz se va la poca razón que nos permite tu escaso valor, y he de cruzar, dar el paso hacia una vida anterior, si hay destellos de magia entre los besos de la traición. Por una vez lo que siempre soñé hacer, prométeme construir una senda, por una vez lo que siempre soñé hacer, prométeme construir una senda que pueda recorrer.
Por una vez lo que siempre soñé hacer, prométeme construir una senda, por una vez lo que siempre soñé hacer, prométeme construir una senda que pueda recorrer.
7. Hechizo.
No es la primera vez que me encuentro tan cerca de conocer la locura y, ahora por fin, ya sé que es no poder controlar ni siquiera tus brazos, y sientes que están completamente agotados y no entiendes porqué.
Antes o después, debería intentarlo, someterme a su hechizo, olvidando mentir, en otro nivel, no querer recordar ni siquiera el pasado, que sientes que está, completamente agotado y no entiendes porqué. Vámonos de esta habitación al espacio exterior, se nublan los ojos, todo de un mismo color, mientras todo da igual, mientras toda da igual.
Ganar o perder, sé que nunca me importa, lo que embruja es el riesgo y no dónde ir, y subes otro nivel, y no puedes llegar ni siquiera a tocarlo, y sientes que estás, completamente agotado, y no entiendes porqué. Vámonos de esta habitación al espacio exterior, se nublan los ojos, todo de un mismo color, y mientras vámonos de esta habitación al espacio exterior, se nublan los ojos, todo de un mismo color, mientras todo da igual.
Y ahora vámonos de esta habitación al espacio exterior, se nublan los ojos, todo de un mismo color, y mientras vámonos de esta habitación al espacio exterior, se nublan los ojos, todo de un mismo color, mientras todo da igual. Nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno.
8. Oración.
Pierdo el tiempo pensando en lo esencial que a veces dejo pasar, cuántos instantes he ignorado ya capaces de haberme cambiado, y no hay oración capaz de decidir por mí. Oh, señor, no queda otra opción, y jamás me vuelvo a arrepentir.
Siempre hay una disyuntiva ante la cual siempre hay que elegir, no queda otra alternativa, rápidamente hay que decidir. Y no hay oración capaz de decidir por mí. Oh, señor, no queda otra opción, y jamás me vuelvo a arrepentir.
Y no hay oración capaz de decidir por mí. Oh, señor, no queda otra opción, y jamás me vuelvo a arrepentir.
9. Despertar.
¿Quién nos devora, que una pesadilla me parte en dos? Tanto odio encontró en la melodía que ahoga mi voz, todo se olvida al despertar una vez más, sólo puedo soñar entre arena y espuma.
¿Cómo puedo olvidar a alguien que un día me quiso ayudar? Si no sé perdonar el daño que has hecho a mi alrededor, todo se olvida al despertar una vez más. Sólo puedo soñar entre arena y espuma, entre arena y espuma.
Todo se olvida al despertar una vez más, sólo puedo soñar entre arena y, todo se olvida al despertar una vez más, sólo puedo soñar entre arena y espuma.
10. Decadencia.
La decadencia está prohibida en tu mente, la caída pierde altura por momentos, el templo del sol estalló, nunca podré saber si la cruz es salvación.
La casa iluminada espera que alguien entre el martirio inocente que siempre se ha de malinterpretar, el templo del sol estalló, nunca podré saber si la cruz es salvación.
La decadencia está prohibida, la caída pierde altura por momentos, por momentos, por momentos, por momentos.
11. Con nombre de guerra.
Entra despacio, que nadie oiga tus pasos, mientras tanto, si los nervios no traicionan, todo irá bien. Y dejemos los besos para los enamorados, y pensemos en lo nuestro que por eso te he pagado, aunque esta noche seas sólo mercancía para mí.
Dejo en tus manos lo que hemos acordado, la lluvia de hace un rato, ahora sólo necesito descansar. Y dejemos que los sueños se apoderen del deseo, recordemos que lo nuestro se me olvidará al momento, aunque esta noche sea sólo unos billetes para ti.
Pienso en los años que llevas guerreando con un nombre por bandera, ahora sólo quiero oírlo una vez más. Y dejemos que lo cierto sea lo que imaginamos, recordemos que lo nuestro todavía no ha acabado, aunque, por esta noche, por esta noche nos podemos despedir.
12. El cuadro II.
Mis ojos van al cuadro, algo se ha iluminado y en su interior las figuras danzan, me miran fijamente y se agrandan. Mi cuerpo pesa menos, siento que me elevo, las pistolas de Warhol sin munición, se nubla en mi cerebro la situación.
Rodeado por miradas algo difuminadas y admito los colores de su interior, sufre mi figura una transformación. Y aquellos ojos blancos formándose a su lado me obligan a sentirme así, están tras de ti, están tras de ti.
Año: 1990.
Procedencia: Zaragoza, España.
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Procedencia: Zaragoza, España.
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